TURISMO

Festividades

La Feria de Exposiciones Típico Culturales de Monsefú, cuya sigla es FEXTICUM, nació el 29 de julio de 1973, creada por el profesor Limberg Chero Ballena con un grupo de reconocidos ciudadanos que tuvieron apoyo incondicional de la gestión edilicia que tenía como alcalde al Ingeniero Oscar Salazar Chafloque. El evento coincidía con la celebración de la independencia nacional.

 

El principal objetivo de esta feria costumbrista apuntaba a promover la participación popular y organizada del mismo pueblo para estimular y mantener el arraigo tradicional, el arte popular y que la artesanía y la gastronomía traspasara la barrera local y regional, fomentando de esta manera el turismo propio de la reconocida Ciudad de las flores.

 

La primera edición de un solo día se realizó en el parque principal, con chozas alrededor del mismo, donde se vendió platos típicos y chicha de jora. El baile de marinera tradicional estuvo a cargo de estudiantes de promoción de diversos colegios.

 

Con el transcurrir de los años, se ha logrado incentivar la partición de los pobladores desde niños hasta la tercera edad que demuestran lo mejor de nuestra cultura viva, religiosidad, la belleza de la mujer monsefuana, artesanía, panificación, orfebrería, baile de marinera, ganadería, gastronomía, chichas de más de 50 sabores, y cuánta actividad costumbrista más identifica al poblador monsefuano.

Relieve.

Es casi llano, notándose elevaciones de terreno muy aisladas tales como las colinas de Poncoy y las de Valle Hermoso al norte de la ciudad, y al oeste las dunas y médanos que sirven como límite con la caleta de Santa Rosa. El territorio plano es tierra de cultivo

Fieles católicos de antiguas generaciones hasta la actual, creyentes de la imagen sagrada de Jesús Nazareno Cautivo, tienen conocimiento de la historia real y la que se transmite de generación en generación sobre la presencia del santo en Monsefú.

 

En interesante y arduo trabajo de investigadores que han recopilación de datos, sostienen que en la época de la conquista española, una de las metas precisamente fue difundir o asentar la religión católica.

 

Por tal investigación se sostiene que fue el 14 de setiembre de 1547, cuando en la zona marítima entre lo que hoy es Santa Rosa y Pimentel, una embarcación española que no tuvo facilidades de desembarco al no existir un muelle, dejó en el lugar un cajón de madera que contenía la imagen procedente de España y posiblemente tallado en Roma.

 

Pescadores de residencia cercana intentaron llevar el cajón pero no pudieron levantarlo porque según ellos era muy pesado, otros hicieron lo mismo en vano y en estos momentos llegaron pobladores monsefuanos dedicados también a la pesca y lo levantaron con admirada facilidad, llevándolo a la iglesia que en esos tiempos estaba donde hoy es el mercado de abastos.

 

Los datos sostienen que en presencia de gran número de pobladores, abrieron el cajón y al ver a la imagen tomaron su llegada como un milagro. Con el sacerdote de entonces, Juan Fernández, decidieron entronizarlo y al tener conocimiento que era Jesús de Nazaret lo reconocieron como Jesús Nazareno.

 

Pasados algunos meses, la población dejó de venerarlo y un día causó extrañeza que la imagen no estaba en su lugar. Después de intensa búsqueda lo encontraron en las afueras de Monsefú y lo volvieron a entronizar, pero nuevamente por la indiferencia y olvido el santo volvió a desaparecer. Entonces al rescatarlo, prometieron venerarlo por siempre y colocándole simbólicamente cadenas en las manos, a su nombre le agregaron Cautivo, por lo que la imagen que está tal y conforme vino es Jesús Nazareno Cautivo.

 

Aparte de la historia, numerosos católicos creyentes aseguran haber sido favorecidos con un milagro del Nazareno Cautivo en la cura de enfermedades consideradas incurables; otros comentan que en sus angustias han soñado con Él sin conocerlo y al visitarlo en Monsefú lo ven igual como en su sueño.

 

Actualmente, el nazareno es considerado Santo Patrón y se encuentra en la parroquia San Pedro de Monsefú. Cuenta con atractivas túnicas bordadas con hilos dorados y plateados, tiene un corazón confeccionado en oro y otras joyas preciosas que cada año miles de sus devotos le obsequian. Su festividad es el catorce de setiembre de cada año con extenso programa de actividades religiosas y festivas durante los meses de marzo y setiembre.

Atractivos

Obra arquitectónica de bienvenida y agradecimiento por la visita. Está ubicado en el ingreso de la ciudad, intersección de las avenidas Centenario y Venezuela junto al óvalo que luce una lapa en cuyo centro a lo alto está la figura también arquitectónica de un monsefuano de antaño tocando su piano, con lo que se avizoraba un Monsefú como Tierra de músicos. También se observa una pareja bailando marinera tradicional y en una de las jardineras un pavo real de material apropiado y aparentando plumaje y cola con plantas de flores.

Ubicada frente al parque principal, su estilo es románico, expresado en sus 2 torres y columnas. En una de las torres está un reloj con estilo de la época republicana y un campanario; en el interior se observa su altar y en la parte alta luce naves con diversas imágenes religiosas. Al fondo, en el centro, una urna de mármol y vidrio donde está entronizada la imagen de Jesús Nazareno Cautivo. A la izquierda se encuentra la capilla de veneración del Santo Patrón con un paseo de ángeles, vidrieras con túnicas y albas bordadas en hilos dorados y plateados; cabelleras y paños donadas por devotos en agradecimiento a sus milagros, andas de madera talladas y enchapadas con láminas de plata para la procesión de la imagen.

Con verdosos jardines, en cuyo centro está el monumento de mármol tallado con la forma de un ancla que sostiene a la efigie del héroe Diego Ferré Sosa. En otro lado están dos bustos igualmente de mármol de Manuel María Izaga y el poeta y escritor monsefuano Alfredo José Delgado Bravo.

Ubicado en la Avenida Venezuela entre las calles Manuel María Izaga y Diego Ferré con aproximadamente 40 módulos con artísticas pinturas que representan la laboriosidad y costumbres de Monsefú y donde se expone diversidad de trabajos en artesanía. Fue inaugurado el 26 de Octubre de 1988 y entregado a las mujeres monsefuanas laboriosas y creativas del tejido a telar (paños, fajas, alforjas, ponchos, etc.); tejido de sombreros, carteras y canastas, utilizando paja palma, junco y carrizo; confección de vestidos de marinera, blusas, vestidos, manteles y otros, bordadas a mano.

En el sector Alicán del centro poblado Callanca, allí perennizan petroglifos mostrando que antiguos habitantes se dedicaban a la agricultura, la caza y la pesca para su alimentación familiar. En la cima del cerro encontramos una capilla con la imagen de San Bartolo y de cuyo lugar el visitante tiene una vista panorámica de un verdusco y floreciente entorno.

Gastronomia

Antes de la llegada de los españoles, Monsefú habría sido parte del Cacicazgo de Cinto, con el nombre de Chuspo o Callanca, con su centro a inmediaciones del cerro San Bartolo, sector Alicán. A mitad del siglo XVI, las fuertes lluvias e inundaciones de 1578, desaparecieron los sembríos de la zona que en 1612 es atacada por una grave enfermedad, a cuya población exterminó en gran parte. Los sobrevivientes, después de algunos años, se reubicaron en lo que hoy es Monsefú, pueblo que fue elevado a la categoría de Ciudad el 26 de octubre de 1888, luego que el 24 del mismo mes y año, a petición del entonces diputado don Manuel María Izaga, el Congreso aprueba y eleva la ley de elevación al ejecutivo para su cumplimiento, siendo presidente de la República el General don Andrés Avelino Cáceres.

Monsefú es llamada ciudad de las flores, denominación que le dio el poeta Huancaíno Juan Parra del Riego, al ver en sus calles, quintas y jardines adornadas de abundaste y coloridas flores.